Hace algunos años me encontré al final de tres etapas de mi vida, al comienzo de una navidad. Mi matrimonio fracasó; renuncié a mi trabajo porque me sentía mediocre entre tanta corrupción y los valores mi vida ya no significaban nada al sentirme usado y ultrajado. Todo se vino al suelo al mismo tiempo y en los mismos días. Por eso los golpes fueron contundentes y amargos y casi me dejan en la calle y con el corazón endurecido.

Pero en véz de morirme de pena, decidí entregarme a la vida desnudo de nuevo, recordando cuando en mi niñez saqué fuerzas para entender la muerte de mi padre o cuando en mi adolescencia había perdido muchas cosas materiales pero todavía no les daba mi esencia para que dejaran heridas en mi alma... Es la mente, pensé en esa navidad, la que me llevará al infierno o la dicha de volver a recrear el ser que nunca fui pero siempre llevé por dentro... O nado hacia donde la corriente arrastra o me hundo... Y así fue...

Despidiéndome de mi madre le dije que si hubiese de comenzar de nuevo, lo mejor sería lanzarme a buscar lo que siempre dejé pasar por miedo a gozar de mis impulsos... Les dije adiós a todos, empaqué mis libros y unas cuantas cosas y me fui para donde muchos pensaban sería mi decadencia... Pero me fui decidido a cambiarle el olor y el sabor a todo ese dolor.

Llegué a New York al comienzo del siglo XXI, con costumbres en mi piel que pertenecían a los siglos anteriores. Pero mis ojos ahora miraban forjados y sin miedo. Me paré en una esquina en la 36 y la Séptima lleno de sueños que me hacían loco en la mente de muchos que me vieron partir: sin dinero, sin amor, sin trabajo, sin medios, sin amigos, sin nada de lo que días atrás daba por contado. La vida para los que me veían desde afuera era negra y pesada...Pero para mí que me ahora me miraba desde adentro con todo el amor que nadie entre ese millón de personas era capaz de darme, sentía que mi presente era lo mas dulce que mi destino hubiese podido mostrarme.

Desde ese instante me entregué a forjar mis metas con dedicación y firmeza, a pulir mi mente poniendo en práctica lo que aprendía; a llenarme de amor por todos los seres que se sentían mas débiles que yo; a quererme a mi mismo respetando mis valores; a bendecir los días con agradecimiento; a no pensar en vano y a obrar en lo correcto; a decir lo que sentía sin herir a nadie; a llenar paginas en blanco de mis experiencias con las dulzuras que podía describir en mis poesías...

Me entregué a dar la mano al que parecía perdido; a conseguir amigos para crear nuevos recuerdos; a llenar mis bolsillos de alegrías valederas; a darle gracias a Dios por cada reto que descubría... Me llené de fuerzas y pude vencer mis temores sacando a luz mis fortalezas de convicción... Comprendí que el camino es mas importante que el destino que se busca...

Al poco tiempo tenía el trabajo que quería, la nevera estaba llena y La Evolución De Mi Amor ya empezaba a mostrárme que no hay porqué temerle a los fracasos de la vida...

Cabe decir que toda experiencia es significativa cuando uno comprende que las cosas nos afectan de acuerdo a los valores que les damos en nuestros adentros. El mundo va y viene sin nosotros tener ningún control sobre él, pero es en nuestros pensamientos donde lo definimos a diario... La vida es en sí lo que significa el aquí y el ahora, en este momento, en nuestros pensamientos...

Si quieres cambiar el mundo, dedícate a cambiar el significado de todo lo que se convertirá en recuerdo. Mientras vives intensamente tu presente, cerciórate que le estás dando el valor adecuado para que cuando lo recuerdes, sea tu mas preciado tesoro...

 

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